GIANCARLO ANDÍA
Le dieron apoyo cuando más lo necesitaba y ella respondió de la peor manera. Una bailarina venezolana fue acusada de robar de manera sistemática más de 30 mil soles de una panadería en Miraflores. Las cámaras de seguridad del establecimiento terminaron por delatar a la extranjera que, por un año y en complicidad con otro sujeto, también venezolano, se apoderó del dinero de manera ilícita.
TRAICIONÓ CONFIANZA
Analis Oriana Salaya Brito, de 32 años, es el nombre que consignó la mujer en su currículum vitae, carnet de extranjería y hasta en el permiso que da Migraciones, para poder, desde agosto del año pasado, trabajar en el negocio de la familia Andía.
“Se supo ganar la confianza de todos. Primero trabajó en atención al cliente. Como la vimos con habilidad para el manejo de dinero, le pedimos que pase a la caja. En sus documentos ella destacó ser una bailarina profesional y también tener experiencia en números y presupuestos”, contó Jesús Andía, que junto a su papá de 74 años administra el local, ubicado en la cuadra 4 de la calle Piura, desde hace varios años.
ENGAÑO LLANERO
Sin embargo, hace unos meses eran más las pérdidas que las ganancias en el negocio familiar, ello que despertó las sospechas en los dueños. “Ella vino hasta el 8 de agosto. Aprovechó que estábamos de viaje para llevarse 200 soles, según ella como parte de su pago. Un día antes, yo le había comentado a un familiar que revise las cámaras de seguridad de la caja. Comentaron que ella se puso nerviosa y, de un momento a otro, dijo que se iba a España con su pareja”, refirió el agraviado.
Lo captado por las cámaras era la prueba necesaria para incriminar a la mujer. “Acomodaba billetes de 50 y 100 soles, entre los de 20. Así, cuando venía a comprar un sujeto, el mismo desde inicios de julio, ella le daba un supuesto vuelto con la plata escondida”, explicó el propietario.
EL DATO
La denuncia fue hecha el último domingo en la comisaría de Miraflores, según la familia Andía, los policías les han dicho que no pueden intervenir a la venezolana «porque no existe flagrancia y que a lo mucho la pueden citar». Ellos esperan que su ex empleada se arrepienta y les entregue parte del dinero robado.
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