Bombardeos rusos acaban con 21 clínicas ucranianas

El ministro ucraniano de Sanidad, Viktor Lyashko, informó hoy de que los bombardeos rusos han dañado un total de 307 instalaciones sanitarias, con 21 clínicas destruidas por completo, y subrayó la necesidad de desplegar hospitales de campaña.

"Un total de 307 instituciones sanitarias han sido dañadas por los ocupantes rusos desde el inicio de la guerra. Esta cifra incluye los centros de atención primaria. Veintiún hospitales han quedado completamente destruidos, no pueden ser reconstruidos. Habrá que construir otros nuevos en su lugar", dijo en declaraciones a la televisión, recogidas por la agencia Ukrinform.

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Según el grado de destrucción en los hospitales, los médicos son trasladados frecuentemente de un edificio a otro intacto para no detener el proceso de prestación médica, agregó.

Señaló, además, que muchos pacientes han sido evacuados de las regiones de Donetsk y Luhansk a lugares más seguros.

Por otra parte, subrayó la necesidad de desplegar hospitales de campaña en las regiones occidentales, ya que en la zona de combate sólo se prestan primeros auxilios y luego la gente es evacuada.

Indicó que, una vez que las ciudades son desocupadas, los departamentos de salud de las administraciones regionales analizan la situación y deciden si es necesario desplegar un hospital de campaña.

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Así, por ejemplo, en el pueblo de Makariv, en la región de Kiev, el ambulatorio quedo destruido y el hospital central del distrito quedó dañado, por lo que ya se ha enviado allí una brigada especial que presta asistencia médica en locales equipados.

“Me doy asco, no tengo ganas de vivir”: Estremecedor mensaje de ucraniana violada por militares rusos

Con la voz quebrada, una mujer intenta hablar del horror que vivió en su país. Según relata, militares rusos la eligieron por ser esposa de un militar ucraniano y fue violada a mano de dos cobardes.

Este testimonio ejemplifica los temores de organizaciones de derechos humanos que muestran indicios del uso de la violación como «arma de guerra» en Ucrania.

Entrevistada en Zaporiyia, una ciudad a la que llegan a diario miles de desplazados forzados a abandonar sus casas por la ocupación rusa en el sur de Ucrania, esta mujer rubia espera un autobús para unirse a sus cuatro hijos en Vinnytsia, en el centro del país.

Desde el primer día de la invasión, el 24 de febrero, los envió allá, lejos de su casa de la región de Jersón (sur), en primera línea ante el avance de los rusos.

Su marido, que combate desde hace dos años a los separatistas prorrusos en el Donbás, en el este de Ucrania, fue enviado al frente y ella se quedó sola para trasladar sus pertenencias.

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