Los efectos de la música en las emociones

La música tiene una fuerte influencia sobre nuestras emociones. Conocer estos efectos nos permitirá utilizarla para maximizar nuestro bienestar y satisfacción.

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¿Cómo influye la música sobre nuestras emociones y bienestar?

Somos privilegiados en cuanto a opciones de entretenimiento. Sin tener que movernos del sillón podemos acceder a miles de películas y series de televisión, videojuegos y simuladores, páginas de casino en línea como Vegas casino y todo lo que se nos ocurra. Pero entre todas las alternativas, una sigue reinando sobre las demás: la música.

La música es un lenguaje universal que ha formado parte inseparable de nuestra cultura desde la prehistoria. Probablemente fue la primera forma de expresión artística (Wikipedia, 2023). Su poder recae en su habilidad única para transmitir todo el rango de emociones humanas. Esta puede afectar nuestro estado anímico como pocos medios.

Lo dice la ciencia: la música despierta emociones

Diversos estudios han comprobado lo que hemos sabido de manera intuitiva desde siempre: las obras musicales despiertan emociones. Al escuchar distintas canciones y melodías aumenta considerablemente el flujo sanguíneo a la región del cerebro conocida como sistema límbico, responsable de la regulación de las emociones y la memoria (Pfizer, 2023).

Este aumento en la actividad límbica es lo que permite a la música movernos y hacernos sentir con tanta intensidad. Esta respuesta emocional varía dependiendo de las características rítmicas y sonoras de cada composición. Algunas canciones nos llenan de alegría o júbilo, otras de tristeza y melancolía y algunas incluso nos pueden hacer sentir ira.

Ese cosquilleo en la espalda

También ha quedado demostrado por investigaciones científicas que escuchar música fomenta la liberación de los neurotransmisores relacionados con nuestro sistema de recompensa, como la dopamina y la serotonina (Wikipedia, 2023). Este sistema se encarga de todos los procesos neurológicos relacionados con el placer, la motivación y el deseo.

Esta lluvia de neurotransmisores le brinda el poder de hacernos sentir placer. Estas sensaciones pueden ser tan intensas que se manifiestan fisiológicamente en la forma del escalofrío o cosquilleo que podemos sentir al escuchar nuestras canciones favoritas. Por esto se habla del efecto narcótico que tiene la música.

Estimulación de la memoria

Uno de los hallazgos más interesantes de las últimas investigaciones en la neurología de la música es la estrecha relación que ésta guarda con la memoria. De nuevo se parte de una observación intuitiva universal, volver a oír ciertas canciones nos hace revivir los momentos de nuestro pasado en los que las escuchamos por primera vez.

Se llama memoria asociativa a esa tendencia que tiene el cerebro a relacionar los recuerdos de las experiencias o estímulos que vivimos en un mismo momento. Esto explica por qué la música nos permite acceder con mayor eficiencia a nuestra memoria y describir eventos pasados con mayor detalle.

Esta cualidad asociativa se extiende a la adquisición de información verbal. Se han realizado estudios que buscan medir la capacidad de las personas para recordar palabras y frases mostradas en sucesión. Estos mostraron que las respuestas más acertadas fueron dadas por quienes escucharon melodías durante el experimento.

La relación de la música con los recuerdos es tan fuerte que se mantiene incluso cuando la memoria decae con la edad. Pacientes que padecen de alzheimer o demencia senil han podido recordar eventos de su vida al escuchar canciones relacionadas con estos.

El cuerpo también se beneficia

Los efectos positivos no se limitan a la mente. Escuchar nuestras canciones favoritas incrementa la resistencia al dolor y a las experiencias incómodas. También aumenta la respuesta del sistema inmunológico, volviéndonos más resilientes ante enfermedades y heridas.

El ritmo influye en nuestro sistema cardiovascular. Las canciones rápidas generan un aumento del ritmo cardíaco y la presión arterial, mejorando nuestra salud a largo plazo. Por el contrario, las melodías lentas desaceleras el bombeo del corazón, ayudándonos a reducir los niveles de estrés y ansiedad.

La música como herramienta para la búsqueda de bienestar

Conociendo el poder que tiene la música sobre nuestra biología es lógico que millones recurran a ella a diario para sentirse mejor y hacer frente a la adversidad. A continuación se presentan algunos ejemplos de cómo podemos utilizarla para aumentar nuestro bienestar y sensación de satisfacción con la vida.

Escuchar nuestras canciones favoritas puede mejorar nuestro estado de ánimo general y reducir nuestros niveles de estrés;

La música melancólica o nostálgica puede ayudarnos a lidiar con los momentos difíciles y evitar la tendencia a la represión emocional;

Antes de dormir es bueno reproducir melodías placenteras y calmadas. Esto nos permite reducir nuestro ritmo cardíaco y conciliar el sueño de manera más rápida;

Por el contrario, las canciones agitadas y joviales nos ayudan a mantenernos alerta y con energía en las jornadas largas;

Escuchar música de nuestro agrado facilita concentrarnos al realizar tareas repetitivas o desagradables;

Al estudiar con música podremos mejorar nuestra capacidad de retención de información;

Acompañar con obras musicales los momentos compartidos con amigos y familiares nos permite profundizar los vínculos emocionales.

Karibeña