Una mujer logró hacer realidad su más grande sueño ser madre, sin embargo, su felicidad no fue completa ya que su esposo murió 14 meses atrás. Sin embargo, ¿Cómo es posible esto?
Sarah Shellenberger fue partícipe de de una fertilización in vitro usando embriones congelados de su esposo. La mujer afirma que su pequeño Hayes fue el motivo por el cual ella salió adelante y no entró en un cuadro de depresión.
Sarah espera poder tener otro hijo con el ultimo embrión viable que le queda. Scott, un maestro de ciencias, y Sarah, una maestra de primaria, acababan de completar el proceso de fertilización en una clínica especializada en Barbados cuando Scott murió repentinamente de un infarto durante una de sus clases en la universidad.
A pesar de la repentina muerte de su esposo Sarah quiso continuar con el proceso ya que su esposo hubiera estado feliz con que su esposa pudiera finalmente cumplir su más grande anhelo.
«Para nosotros era así, teníamos a estos dos embriones que ya habían sido creados y que eran nuestros hijos. Para mí no había otra opción. Ellos son nuestros hijos. Así que intenté quedar embarazada y traerlos al mundo», dijo Sarah.
Su historia juntos
Sarah y Scott se conocieron cuando todavía eran estudiantes en la Universidad de Nazarene, pero no fue hasta 2017 que comenzaron a salir, su romance se dio con naturalidad y al siguiente año se casaron.
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Ambos estaban seguros de que querían tener al menos tres hijos, pero después de meses de intentarlo, se dieron cuenta de que su única opción era la fertilización embrionaria. Desafortunadamente, Sarah y su madre, Sherry, regresaban de un viaje cuando se enteraron de la muerte de Scott.

El día de la tragedia
Sarah contó como fue enterarse de la trágica noticia que enlutaría su vida, pues su compañero de vida la había dejado sola.
«Cuando llegué a Toronto y pude conectarme a la red, mi celular estaba como loco. Tenía miles de mensajes, el primero era de uno de los compañeros de Scott, diciéndome que estaban reunidos y que rezaban por su salud. Llamé a su madre, me dijo que Scott había tenido un infarto y estaba en el hospital. El viernes 21 de febrero de 2020 tuve que decirle adiós«, dijo la mujer.
Una semana después del funeral, la clínica donde Scott y Sarah habían llevado el procedimiento de fertilización la llamó para darle la noticia de que tenían dos embriones viables. Así fue como en agosto, Sarah viajó de vuelta a Barbados para la fecundación y días más tarde quedó embarazada.
«Tener a Hayes ha sido una gran medicina para mí, ha sanado mi corazón de muchas maneras. Es agridulce, porque sé que Scott hubiera estado encantado con Hayes«, finalizó la mujer.
El niño se parece mucho a su padre y para Sarah tener a su pequeño es como conservar un pedacito de lo que fue en vida su esposo y es un recuerdo que la acompaña durante toda su vida.
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— La Karibeña (@karibenape) July 16, 2021
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